Una vez iniciada la búsqueda hay que tener en cuenta múltiples factores tales como qué tipo de hecho se investiga, que los indicios pueden no detectarse a simple vista o que pueden deteriorarse con el tiempo o la manipulación. También hay que saber detectar lo que, acorde al escenario y al tipo de acto cometido, debería estar y no ha sido encontrado y desechar aquellos indicios que han sido producidos por personas ajenas al hecho y que no son relevantes para la investigación.
Por último, los indicios más frecuentemente encontrados en el lugar de los hechos son, tanto de forma latente como no visible a simple vista:
- Impresiones dactilares:
- Huellas de pisadas (tanto de pies descalzos como calzados, de humanos o de animales):
- Huellas de sangre de distintas partes del cuerpo y que pueden ser de cualquiera de los actores del hecho cometido:
- Rastros biológicos como saliva, semen, lágrimas, sudor, etc:
- Huellas de maquillaje, tanto de labios como del resto de la cara:
- Huellas de neumáticos de distintos vehículos.
- Marcas de escritura sobre la superficie usada para apoyarse al escribir.
- Distintos tipos de armas, de fuego, armas blancas, herramientas, armas de oportunidad, etc.
- Documentación escrita diversa que puede ser desde un ticket de compra hasta documentación oficial, una nota, etc.
- Pelos humanos, o sintéticos. Fragmentos de ropa o de calzado.
- Rastros de detonación de armas de fuego en el cuerpo, en la ropa u otras superficies.
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